Esta semana, con motivo del 8 de marzo, queremos hablaros de Emilia Pardo Bazán, escritora de Cuentos Madrileños, que tiene una protagonista indiscutible: la ciudad de Madrid. Aquí transcurren estos catorce cuentos que se incluye en este volumen. La Puerta del Sol, el Paseo de Recoletos, el Retiro, la calle Atocha o la calle Toledo son algunos de los lugares en los que viven, malviven y sobreviven estos madrileños que tan magistralmente ha retratado doña Emilia Pardo Bazán. Una mujer que supo reflejar tan bien la desesperación de la pobreza y las artimañas de la pillería. Una mujer que amó y sufrió Madrid, esta ciudad en la que sufrió la envidia, pero donde también encontró fama.
Emilia Pardo Bazán, nacida en La Coruña en 1851. Desde muy joven se convirtió en una gran lectora y a los nueve años compuso sus primeros versos hasta que a los quince escribió su primer cuento, “Un matrimonio del siglo XIX”, que envió al Almanaque de La Soberanía Nacional, y que sería el primero de los muchos cuentos que publicaría a lo largo de su vida.
Emilia consideraba el género novelesco como uno menor, prefiriendo completar su formación intelectual. Sin embargo, el conocimiento de las obras de sus contemporáneos la animó a escribir su primera novela, “Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina”, poco antes de aceptar la dirección de la Revista de Galicia, en 1880.
En 1881 publica “Un viaje de novios”, en la cual utilizó las experiencias de un viaje a Francia, y ese mismo año acaba San “Francisco de Asís”. El prólogo del primero es muy importante para comprender el naturalismo en la obra de Emilia Pardo Bazán, así como unos artículos que publica entre 1882 y 1883, llamados La cuestión “palpitante”, la del naturalismo, corriente literaria que dio a conocer en España.
De entre las novelas naturalistas de Emilia, destacan “La Tribuna” (1883) y “Los pazos de Ulloa” (1886), “La madre naturaleza” (1887) y “La piedra angular” (1891). En 1891 colabora con la revista Nuevo Teatro Crítico, fundada y escrita completamente por ella, que tanto en su título como en su planteamiento misceláneo, cultural en sentido amplio, y divulgativo quiere rendir homenaje a Feijoo, y en 1892 funda y comienza a dirigir la Biblioteca de la Mujer.
Emilia es una figura reconocida en la vida literaria, cultural y social. En 1908 comienza a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorga Alfonso XIII en reconocimiento a su importancia en el mundo literario; desde 1910 era consejera de Instrucción Pública. Dos años después se le impondría la Banda de la Orden de María Luisa, y recibiría del Papa Benedicto XV la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice. En 1916 el ministro de Instrucción Pública la nombra catedrática de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central.
El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provoca la muerte. Al día siguiente, toda la prensa hablaba de la escritora fallecida el día anterior, que fue enterrada en la iglesia de la Concepción de Madrid.
Desde Libros de las Malas Compañías, queremos recordar a esta figura de la literatura española, quien escribió novelas a pesar de las normas sociales de la época y quien representa muy bien este Día de la Mujer por no seguirlas y conseguir lo que muchas no pudieron: ver sus libros publicados. Este día no es para celebrar, sino para reivindicar y demostrar que todas tenemos voz y que tenemos derecho a ser escuchadas.
Ana Galindo