Hoy, día 8 de marzo, es el día de la mujer trabajadora y por eso, desde esta editorial que siempre ha apoyado a las silenciadas, queremos hacer un pequeño homenaje a todas aquellas escritoras que tuvieron que luchar para poder ver sus libros publicados. No nos podemos olvidar de todo lo que tenemos que luchar en el día a día para ser respetadas. Hoy no es un día para felicitar, sino para reivindicar que tenemos voz y queremos ser escuchadas, por lo que queremos contaros la historia de algunas de las escritoras que nos fascinan.
En esta entrada del blog queremos hacer especial alusión a nuestra colección “Mujeres”, que podéis seguir en nuestro catálogo. La colección de momento contiene tres libros: Cuentos madrileños, escrito por la conocida autora Emilia Pardo Bazán; Navidades de Madrid. Noches entretenidas, escrito por Mariana de Carvajal y Saavedra, autora de la que se conocen muy pocos datos y hablamos de ella en nuestra publicación anterior; y, por último, pero no menos importante, Maravillosas, escrito por Ana Rossetti.
Maravillosas encaja muy bien en la reivindicación del 8 de marzo, puesto que narra la historia de un grupo de mujeres trabajadoras como una actriz, una jurista o una periodista. Estas mujeres consiguen crear unas redes de apoyo en las que sostenerse unas a otras, trazan unos lazos inseparables y mantienen conversaciones realmente interesantes. De esta forma, construyen la historia de un barrio de nuestra querida ciudad, Madrid, llamado “El Refugio”, que después fue Maravillas y ahora se lo conoce como Malasaña.
Podéis conocer la historia de estas mujeres y de muchas otras a través del catálogo de nuestra editorial. Además, os animamos encarecidamente a que nunca paréis de leer y que, sobre todo, leáis a mujeres, porque somos las que hemos sido silenciadas durante años; somos las que nos hemos tenido que esconder bajo pseudónimos de hombres; somos las que hemos tenido que luchar para vernos publicadas. Todavía estamos a tiempo de cambiar esto y de crear nuestras propias redes de apoyo y de mantener nuestras propias conversaciones para poder entendernos entre todas.
Yaiza Rodríguez Monroy